The cleaning lady ataca de nuevo

Llego a casa a mediodía y ahí en la entrada está de nuevo la señora de la limpieza. Mientras abro el buzón, se acerca y me dice:
−Te iba a llamar Miranda, pero te llamabas M, ¿no?
−Sí.
A punto estoy de soltar la carcajada, pero me interrumpe con otro comentario:
−Ya, claro. ¿Qué te iba a decir?.... ¡Ah sí! Que cuando he fregado el pasillo, te he dejado el felpudo apoyado en la pared, porque claro, con esta calor, pues no vaya a ser que....

¿¿¿¿No vaya a ser que qué????

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