Lo perfecto es enemigo de lo bueno

Jueves 22 de diciembre. Navidad a la vuelta de la esquina y yo como siempre no he comprado nada todavía. Es ahora o nunca: tengo una hora para comprar lo máximo posible. En la esquina, han abierto hace poco una nueva lencería. En el escaparate, veo un pijama que me gusta. Entro, le echo una ojeada ultra rápida, le digo a la dueña que me lo llevo y le paso mi VISA.
―¿Te lo envuelvo para regalo?
―No, no, no hace falta, es que tengo prisa. Ponlo en la caja y ya lo envolveré yo.
―¡Pero si no me cuesta nada, mujer!
―Que no, que no, que me lo llevo así.
La señora va a buscar la caja y mete el pijama.
―Mira, sabes qué, le pondré una hojita de papel de seda, así quedará muy bonito.
De debajo del mostrador coge una hoja de papel de seda de color crema.
―Huy, no sé….
Se mete en la trastienda y vuelve con otro de color blanco.
―¿Cuál prefieres?
―Me da igual, de verdad, el que quieras.
―Yo creo que el blanco queda bien.
―Pues el blanco.
―Lo que pasa es que con el blanco no destaca.
―Pues el otro.
―O si quieres lo pongo en una bolsita de celofán así no se te arruga, y ya de paso te lo envuelvo.
―Mira, de verdad, es que tengo prisa.
―Yo te lo digo porque es que te quedará mejor, ¿sabes?
―Ya, pero de verdad, no pasa nada, ponle el papel blanco y andando.
―Bueno, le pongo el papel y te busco el celofán. Así quedará más mono y no se te arrugará tanto, mujer.
―¡Que no hace falta!
A regañadientes, acaba de colocar el pijama, cierra la caja, le pone celo, y con extremo cuidado la mete en una bolsa de papel.
―Me sabe mal. Se te va arrugar. Mejor llévalo así planito, para que no se te estropee.
Por Dios, ¡ni que fuera un pastel de crema!
―Vale, que sí, haré cuidado.
―¿Te pongo una florecita?
―¿Cómo?
―Sí, mira.
Me enseña una florecita dorada, tan grande como la caja. Es tan cursi que me la quedo.
―Ponme la florecita.
―¿Ves qué bien? Y te doy papel para que lo envuelvas. Y una cinta. Y ahora te traigo una etiquetas de Feliz Navidad. Bueno varias, por si te equivocas.
¿Por si me equivoco de qué? ¿De etiqueta o de Navidad?
Se vuelve a la trastienda. Viene con las etiquetas, el papel, la cinta, la florecita, lo pone todo en la bolsa y me lo entrega como si fuera un plato de cristal de bohemia.
―Toma, ten cuidado.
―Que sí....
―Es que soy un poco perfeccionista ¿sabes?
Coge la VISA, la pasa por la máquina y me entrega el ticket y el recibo.
―¿Te los pongo en un sobrecito?
¡Por cierto, Feliz Navidad!