Cultura muy pero que muy general

En la peluquería de mi barrio, dos chicos charlan mientras esperan su turno. Hablan de fútbol, de coches, de tías, del cole, de las asignaturas que no les gustan...
—Pues a mi, las mates me molan.
—Pues a mi nada.
—A ver, ¿cuánto es 2x=4?
—Y yo qué sé. Hmm.... ¿seis?
—!Qué burro! !Has sumado 2 y 4, pero no es así, es x igual a 4 partido por 2!
—¿Y yo para qué quiero saber eso? Las ecuaciones no sirven para nada. Yo sé restar, sumar y dividir, y con eso ya me vale. A mi lo que me gustan son las capitales. ¿Tú sabes cuál es la capital de Italia?
—La capital de Italia. Ostras, qué difícil. ¿Roma?
—Sí. ¿La de España?
—La de España... Madrid.
—La de Portugal.
—Esa ni idea.
—Yo tampoco. ¿La de Rusia?
—La de Rusia. Ayyy qué rabia, no me sale.... Que me la sé eh, pero no me sale, ostias.  La de Rusia es ....
Interviene una clienta, intentando ayudar.
—¿Moscú donde está?
—En Rusia, pero la capital no la recuerdo.
No ha servido de mucho. Los chicos continuan desplegando ingenio:
—¿Y tú te sabes la de África?
—África es un continente, ¡¡burro!!
—Bueno, de ahí dónde el mundial.
—Pues no sé.
—Yo tampoco, no me suena.
Interviene la peluquera.
—¿Pero a vosotros que os gusta tanto el fútbol, cómo que no sabéis la capital de Sudáfrica, si lo decían cada día por la tele?
—Pues ni idea.
—¿Y la de Estados Unidos, te la sabes?
—¡Esa sí! Washington, ¿a qué sí?
Interviene la clienta:
—Pero esta es muy fácil. ¡Si esta se la sabe hasta mi sobrina de 6 años!
—Imposible, Estados Unidos se estudia más tarde.
—Hombre, pero si eso no hace falta ir a clase para saberlo. Eso lo ves en la tele, en las películas, eso es cultura general.
—A ver señora, ¿ud sabe cuándo fue la Guerra Civil Española?
—Huy pues no.
—Pues yo sí. Del 36 al 39, y eso que no soy español, y me lo sé.
—Pero es que yo en el 36, no había nacido. ¿Cómo voy a saberlo?
—Ah pues yo me sé la Primera Guerra Mundial, 1914, y yo sí que no había nacido.
—Chico, pero es que yo no fui al cole como vosotros que sí que vais.
La clienta está lista y se levanta para pagarle a la peluquera.
—¿Cuánto es?
—Pues mira, 17 del tinte y 15 del corte. A ver, el de las matemáticas, que cuente, que no me funciona la calculadora.
—Yo que sé, no me hagas contar. Ehmmm a ver... Anda, ya me he acordado de la capital de Rusia. ¡¡Moscú!!