Leyes y leyendas

Una leyenda urbana que corre por ahí cuenta que un señor fue al Corte Inglés a comprarse una lavadora, vio una marcada con un precio erróneo, y el empleado no tuvo más remedio que venderle la lavadora por diez pesetas o algo así (digamos que la leyenda tiene sus años).
El otro día voy a una perfumería a comprar unos aceites esenciales para hacer masajes. En el último momento, decido obsequiarme con una crema de Manteca de Coco que me recomienda la vendedora con mucho entusiasmo:
—Huuuy, esta crema va fantástica. Mi hija la usa en el pelo, yo no, que me da pereza porque es un engorro, pero ella la usa cada semana y tiene un pelo .... bufff, ¡¡¡increíble!!!
—Ya.
—Y mi suegra, que tiene mucho pecho, la usa aquí debajo de los aros porque le rozan mucho y se le irrita la piel, y desde que la usa, tiene la piel mucho mejor.
—Ya, ejem, qué interesante.... bueno venga, me la llevo también.
Se va a la caja, y me dice el total.
—Son 40,45 €.
Le paso mi VISA, pongo el pin, y mientras esperamos que salga el papelito, calculo mentalmente el total... Hmmm, algo falla.
—Oye, ¿cuánto me has cobrado?
—Pues mira 24 de los aceites y 16,45 de la Manteca de Coco.
—Pues es que en el escaparate pone 14,55.
—Huuuuuy vayaaaa... pues eso es un error, ya se lo diré al jefe que lo cambie porque está mal.
—En teoría me tendrías que estar cobrando eso....
—Bueno, no te preocupes,  que ahora mismo quito la etiqueta y pongo la buena.
—No, si yo no me preocupo. Lo que te digo es que según la ley de consumo deberías cobrarme lo que pone ahí.
—Pues mira, es que no te puedo devolver el dinero, porque como ya te lo he cobrado, pues claro, no puedo cambiarlo...
—A ver, buena mujer. Es que si no me lo hubieras cobrado ya, no tendríamos este problema.
La buena mujer suspira y coge la calculadora.
—A ver, es que ahora no te lo puedo devolver... cuánto es la diferencia... 14, 55 menos 16,45 son... ay no, al revés, 16,45 menos 14,55 son... pues son un euro con noventa, a ver si encuentras algo con este precio y te lo llevas y ya está.
—¿Algo de 2 euros? Pero si lo más barato que tenéis aquí son 4 euros. ¿Qué quieres que me lleve? ¿Un tapón?
—Bueno, pero si pones algo más, ya te lo llevas y eso...
—Es que no quiero nada más.
—Bueno, no, claro... en ese caso, mejor si te doy el dinero, ¿no?
—Efectivamente.
Abre la caja, coje 1,90 y me lo da a regañadientes.
—Bueno, pues adiós. Hasta otra.
—Eso, hasta otra.
Y vale, igual esto no llega a la categoría de la leyenda urbana del Corte Inglés, pero a cambio me sirvió para sacarme de la manga la mención a la ley de consumo. Porque si tengo que ser sincera, no tengo idea de si existe o no.

1 comentario:

  1. Por estas tierras sí existe, y sí tienen que venderte el artículo al precio que indica. Hace unos cuantos meses, alguien se equivocó al poner el precio de un notebook, en internet. Y tuvieron que respetarle el precio al primero que lo compró. Demasiado barato. Se suponía que él no podía saber que era un error y lo compraba de buena fe.
    A los siguientes compradores no les respetaron el precio, porque estaban ya avisados y entonces se presumía una deshonestidad al aprovecharse del error.

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