Entro a desayunar a una pastelería panadería, con una gran oferta de todo tipo de bollos a cual más engordante.
―¿Qué te pongo?
―Un cortado y ….a ver qué hay…. un croissant.
―Muy bien, ahora te lo llevo.
Me siento a leer el periódico.
―¿Cómo quieres la leche?
―¿La leche? Natural.
―Sí, ¿pero descremada o normal?
―Normal.
―¿Sacarina?
―Ehh, ¡no! Azúcar.
Sigo leyendo mi periódico:
―Oye, que croissants no tengo.
―¿Cómo que no tienes?
―Que croissants ya no me quedan, si quieres uno pequeño…
―¡Pero si ahí tienes un montón de croissants!
―Ah bueno, pero son de mantequilla.
―Ya, pues eso.
―Pensé que querrías de los normales.
―No, no. Quiero uno de esos.
¿Me habrá visto gorda?
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No creo, seguro que le pregunta lo mismo a todos, tú no te preocupes...
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