Las noticias del día

Voy a desayunar a mi pastelería de siempre con el periódico en la mano. Me enfrasco un rato a leer el periódico de hoy y cuando acabo de comer me levanto para pagar. La camarera tiene mocos y mientras espero a que se suene, sigo pensando en todo lo que acabo de leer. Acaba de sonarse y me dice:
―Té con 20.
Abro el monedero. ¿Qué ha dicho? ¿Té con 20? Japón lucha desesperadamente para evitar una nube radiactiva, qué horror. ¿Qué es té con 20? ¿Yo me he tomado un té? La ONU se ha decidido a actuar en Libia. Por fin, ya era hora. Pero si me he tomado un bocata y café, más bien un cortado... ¿Té con 20? Será café con 20… Torrente 4 bate récord de taquilla, hay que ver... Té con 20, té con 20.... ¿pero con veinte qué? ¿con veinte bocatas? pero si solo me he comido uno, ¿de qué me habla esta mujer?
―¿Perdón? ¿Cuánto ha dicho que es?
―2 € el bocadillo y 1,20 € del cortado. Tres con veinte.
Aaaahhh, claro claro. Dónde tendría yo la cabeza...

Educación

Los días en que estoy de mala leche son caldo de cultivo a que todo me moleste.
En el autobús, me siento al lado de un señor. Al rato, dobla el periódico que está leyendo coge sus cosas y emite un sonido ininteligible.
—Grrrr pffmf.
—¿Qué quiere? ¿Que le deje pasar? Pues dígalo hombre, no hace falta que me gruña como si fuéramos osos en la caverna.
Joder, que no es tan difícil ser un poco amable. Que para eso hemos aprendido a hablar, digo yo.
El señor se baja. Un niño pequeño, casi un bebé, balbucea sentado en su carrito. Todo lo que ve y sabe decir, lo dice: mamá moto, mamá pato, mamá bus, mamá todo. Un poco pesao el niño este, que se calle ya.  Pero cuando la mamá coge el carrito para bajar, el bebé abre las dos manitas para despedirse de la concurrencia.
—Adiós adiós.
¡A ver cuánto le dura la educación!

Efectos del alcohol

Conversación en un bar con camarero-dj-limpiador:
—Oiga, ¿de cuándo es esta versión de Police y Frank Sinatra?
—Huy disculpe, es que con la de cosas que estoy haciendo, tengo dos discos puestos a la vez y no me había dado cuenta.

Alcohólicos de granja

Después de una paella para cuatro, algo dudosa, regada con varias botellas de vino y una de cava, entramos en un bar vacío a tomar algo. Un hippy trasnochado, mezcla entre Papá Noël y Chanquete, deja el periódico que está leyendo y hace amago de atendernos, con la tipica cara de qué quieren estos pesados, con lo bien que estaba yo aquí tocándome la pera.
—Yo quiero un café y un agua.
Café no hay, sólo servimos alcohol. Y agua sólo sin gas, con gas no hay.
Buenoooo, vaya malas pulgas se gasta el hippy. Da igual, haremos unos chupitos.
—Pues entonces un gin tonic de Hendricks.
—Y yo un chupito de Cutty Sark con hielo.
—Cutty Sark no tenemos.
—Pues de Bells.
—Tampoco. Aquí sólo tenemos de Macallan para arriba.
Vaya. Ya he quedado como una pobretona, pero claro, yo partía de que quería un cafe descafeinado.
—¿Absolut tienes?
—Sí.
—Pues un Absolut con naranja.
—Naranja no tenemos. Aquí sólo tenemos alcohol puro, nada de naranja. Si queréis eso, mejor que os vayáis a otro sitio. Aquí sólo alcohol y por lo que pedís, vuestro sitio es una granja.
Claro, claro, la típica granja de desintoxicación de naranja.
—Mire, sabe qué, no se preocupe, siga leyendo el periódico que nos vamos. 
Nos levantamos del bar muertos de la risa: a nosotros que íbamos más bien cocidos, nos ha tratado como si fuéramos Heidi. Ni que hubiéramos pedido leche con colacao. Salimos del bar bajo la mirada despreciativa de Papá Noël.
—Adiós señor hippy. Que le vaya bien el negocio este tan lleno que tiene. Es que ahora una copa de metanol como que no nos va.

Mega súper experiencia

Estoy yo tan ricamente en Uñas Juana cuando a la chica que está a mi lado le suena el móvil a todo trapo. Contesta immediatamente, y se pone a charlar con una amiga.
―Hola guapísima. Sí, volví ayer. Ha sido mega fantástico, fabuloso, fenomenal. No te lo puedes NI imaginar.
(Hmmm, esta chica se ha ido de viaje y acaba de volver. ¿A dónde habrá ido que está tan contenta?)
―Ha sido una pasada, de verdad, me lo he pasado ufff de miedo, una cosa súper increible.
(¿Será un viaje a la India? ¿Un safari en Tanzania? ¿Una expedición al Amazonas?)
―Te lo cuento cuando te vea, vale cariño, porque han sido como varios días y ahora no puedo extenderme, sabes, pero de verdad, te lo juro nena, he alucinado, lo he flipado tanto tanto que creo que no soy la misma.
(Definitivamente, tiene que ser algo muy exótico. Quizás haya dado la vuelta al mundo.)
―Sí, cariño, una experienciaaaa pfffffff, total. Estoooy, que no me lo creo todavía, como si todavía estuviera allí. Una pasada. Estoy flotando...
(Si “todavía está allí”, entonces no puede ser la vuelta al mundo. Definitivamente, se trata de algo más místico, la India quizás, o Machu Picchu, o ha pasado un mes en un templo budista. Claro que si está "flotando" igual era una isla, o no, eso suena más a mar, el Caribe, Bali, las Maldivas,...).
―Sí, guapa, estoy a-go-ta-da, de verdad. Ahora me estoy haciendo la pedicura, pero no las uñas eh, es que tengo los pies des-tro-za-dos y me estoy haciendo un masaje, que lo necesito, sabes, que jamás jamás había hecho algo así.
(Ah, noo, ya lo tengo. Ha ido hecho trekking por Nepal o por el Himalaya y por eso está tan des-tro-za-da)
―Me duele todo, casi no puedo moverme. Luego me iré a casa, necesito como un poco de tranquilidad después de tanto ruido. Piensa que no duermo desde el jueves, ¿sabes cariño?
(¿Cómo que ruido? Pues entonces al Himalaya no es, y el Nepal menos... Y si no ha dormido, pues no entiendo, ¿será que tiene Jet Lag?)
―Sí cariño, nos vemos el finde y te lo cuento todo todo. Lo vas a flipar. Y a ver si un día vamos juntas, eh, porque, de verdad, te lo juro nena, como experiencia discotequera ha sido lo más de lo más.